El oro y el Mediterráneo: una historia muy actual

1 noviembre, 2022

Durante milenios, la presencia del Mare Nostrum o Mar Mediterráneo en todos los países que lo rodean ha sido fuente de expansión de culturas y artes. Como una fragua, aún con el paso de los siglos y la evolución de sus diferentes culturas, ha conseguido darle forma a un nexo de unión entre generaciones.

Este ‘Mar entre nuestras tierras’ ha sido la vía para que el intercambio de materias y productos, personas e ideas, pudieran fluir y verse influidas por todos los territorios que toca. De este modo, el constante cambio y evolución se ha podido difundir y asentarse en todas las tradiciones. Un ejemplo de ello es el arte de la joyería y el papel que el oro ha jugado en ella.

Un metal atemporal

El oro es clave en el continuo desarrollo del mundo que conocemos. Ya desde los albores del antiguo Egipto o los cimientos de la cultura griega. En el sigo IV a.C, los fenicios y cartaginenses ya navegaban por el Mediterráneo para intercambiar mercancías por este metal. En las costas de África disponían de gran cantidad de oro que cambiaban por otros productos.

Miles de años antes de Cristo, este metal precioso ya funcionaba como moneda de cambio pero su valor también se extrapoló a otros ámbitos como el deportivo: no hay más que pensar en el orgullo de cualquier deportista al recibir una medalla de oro como recompensa a sus méritos.

Así pues, el oro se mantiene como un símbolo de riqueza desde el amanecer de los tiempos.

Puede que la búsqueda de ‘El Dorado’ no fuera tan fructífera como se esperaba en el S.XV, pero su importancia no decayó y fue en el arte de la joyería donde encontró su razón de ser. 

Propiedades del oro

Y es que las características que tiene el oro para ser trabajado ha contribuido a hacer de él el metal más deseado por todo el mundo. ¿Cuáles son sus particularidades?

El oro permanece inalterable ante la oxidación y la corrosión, dos fenómenos muy comunes en los metales. Es el metal noble más maleable de todos: de ahí que se haya usado en multitud de joyas, coronas y productos orfebres a lo largo de la historia. Esta maleabilidad viene dada porque es un material muy blando, tanto, que es necesario crear aleaciones para poder trabajar con él y aportar dureza y resistencia.

Además, su facilidad para ser combinado en diferentes aleaciones lo hace muy preciado: el oro rosa o el oro blanco son, junto con el color amarillo natural de este material, las tonalidades más usadas. Las joyerías especializadas en alta joyería encuentran en todas estas variantes una fuente de inspiración con las que darle forma sus diferentes creaciones. En el caso de firmas artesanales como Slovinsky, se respeta el papel histórico de este metal y lo moldean para conseguir cada día nuevas formas con la que continuar el legado que, como el Mediterráneo, aún continúa surcando nuestras vidas.